sábado, 27 de octubre de 2012

Simplemente, no hay palabras.

-Quería quererte, quererte como ha nadie, pero para cuando tú empezaste a  quererme para mi ya era demasiado tarde.

Es increíble que mire mi reflejo en la ventana y junto a mis ojos se encuentren unas interminables ojeras, pero no son reales, no están ahí, solo yo las veo. Y me encantan. El hecho de sentir que  necesito estar junto a alguien para ser feliz para muchos es degradante asta el punto de que su sentido cambie al de la vida de un imbécil. Pues bien, a mi me encanta depender de alguien. Os jodéis  Me encanta tener miedo, sentir ganas de abrazarme a él para relajarme, sentir pena o miedo hacia algún final inexistente, un final que aún no ha llegado.
Mira si, amo ser débil. Lo amo. Y eso no me lo va a quitar nadie. Amo oírle entrar en la habitación, amo ese beso en la mejilla que me da cada vez que me ve triste, es... simplemente... hace que todo sea... perfecto. 

Gracias. 
Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Venga anda, di algo, que me siento solica.