lunes, 20 de octubre de 2014

SORTEO KAWAIII

Ey chicas! aqui teneis todo lo que necesitais para praticipar en el sorteo de mi querida Anshin Doyle ^w^espero que lo intenteis! http://www.missdoyle.com/2014/10/haul-kawaii-kawaii-box-sorteo.html

lunes, 3 de marzo de 2014

Hey Carlos.

Hola, soy Hanabi, prodriamos describirme como la fase dulce de la tripolaridad enfermiza de Lydia, te lo voy a explicar:


Lydia se divide en tres partes, yo, que soy su fase bolita, gatito, cariñosa, ella que se pasaría el día entero en la cama mas blandita del mundo simplemente mirando al cielo que la misma imaginaria en el techo de su habitación, soy esa parte a la que nunca volverán a permitir salir en público, y no me extraña, el que pueda verme (y el que lo consigue) acaba en la misma situación que tú.

Luego está Konan, que es la que te frena, te habla fríamente, se guarda los sentimientos y llora por todas nosotras hacia sus adentros, la mayoría de las veces cuando está rodeada de gente. Si por ella fuera se pasaría el día en una esquina temblando deseando no ser ella misma, pero eso ya no entra en su cabeza y prefiere soportar el nudo en la garganta a ver a otra persona que no sea ella sufrir.

Y para acabar está Lydia, que es una cría en toda regla, asustada continuamente, incapaz de hablar en voz alta mas de la cuenta, increíblemente pesada, se ilusiona con facilidad y prefiere mil veces quedarse en casa o estar fuera de ella rodeada de gente a tener que pensar. Esta chica tiene un miedo general a los humanos, no soporta que se le acerquen por que se le hace imposible no quererse encoger y salir corriendo. Es la que regula nuestra manera de hablar, si por ella fuera hablaría siempre en verso y de vez en cuando soltaría un desvarío que no viniera a cuento con poco mas que el pretexto de necesitar un vaso de agua.

Primero aparece Ly en la mayoría de los casos, luego Konan para evitar que se acerquen, luego Ly y a ultimas drásticas yo, demostrando de nuevo el por qué tanto Lydia como Konan me odian, demuestro esa debilidad que hace que asta el mas borde quiera protegernos del primer huracán que llegue.

No vamos a arriesgarnos a que nadie sufra por nosotras ni a sufrir por nadie más. Lo siento.








jueves, 6 de febrero de 2014

Necesito soltarlo.

Antes de nada pediré perdón a mis lágrimas por no dejarlas salir.



Hola, soy una más.

lunes, 16 de diciembre de 2013

No tengo valor para cumplir las promesas.

No se que ha pasado.
Un día somos hermanos, otro día incluso puedo llegar a creer que me echas de menos, otro día vuelvo a sentir ese miedo a hablarte.
También me he dado cuenta de que tienes menos valor del que pensaba y en muchas ocasiones lo confundes con orgullo.
También se que te prometí que yo iria a por ti, ¿lo recuerdas?
-Pero soy tonto y no puedo prometerme que no me vaya a volver a ir.
-¿?
-Y me pondré tonto y mi orgullo no me dejará ir a por ti ¿entonces que haremos?
-Te besé con una sonrisa y la mirada preocupada- Pues entonces iré yo a por ti.
-¿Segura?
-Me mereces la pena.

Claro, que tú ya no te acordarás de esto
que yo ya no tengo valor para enfrentarme a tus ojos con un ''No'' rotundo escrito en ellos.

Luego viene la lógica:

Si me quisiste de verdad a día de hoy deberías quererme ¿pero como lo se yo si un día pareces recordarme y al siguiente me siento una piedra que no deja cerrar la puerta de turno? 

Había gente que me decía:
-Pero al verle ve y plántale un beso verás como se le va esta tontería.
¿Pero como iba a hacer yo eso? ¿Como iba a arriesgarme a hacerte daño? ¿Arriesgarme a perderte? Nunca. 

Quizá no me estoy explicando. Quizá es seguro que no lo hago.

Pero no puedo evitar sentir que mi respeto hacia ti por decirlo de alguna manera desaparece cada día un poco más ¿porqué?
Porque una persona que no es capaz de luchar por lo que quiere por miedo a mis ojos es poco más que una molestia.
Una molestia que ha conseguido que no pueda llorar de nuevo. Que no sea capaz de cambiar el gesto de mi cara. Que mis sueños se queden dentro. Que haya pensamientos en mi mente que nunca pensé que existirían.

De nuevo no me he explicado. Te he hecho perder el tiempo.
Disculpa. Me voy simplemente con un consejo.

Si me quieres ven a por mi. No te lo pienses. Somos capaces de hacer que funcione.
Mucha suerte.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Seamos sinceros

Estoy acojonada.

Estoy al borde de una auto combustión, el bulto de mi pecho ya no puede ahogarme más, no puedo pasar una sonrisa por mis labios. 
Cada palabra, cada segundo, cada estúpida intriga me duele y me mata un poco más. 
Tengo la sensación constante en mi pecho de que te vas a ir, por muy mal que estés y mucho que yo te entienda tú no consigues entenderte y realmente me estás matando, no tú, el echo de no poder hacer que estés bien. Hay veces que una discusión es una tontería y se dicen cosas en caliente que... bueno, llamémoslas terremotos prácticamente. 

Si, una vez mas es por una frase de menos de seis palabras por lo que ahora mismo apenas puedo estarme quieta, no sé que hacer ahora mismo, no se si quedarme tumbada recomponiendo lo que quede en mi, mentalizarme para lo peor, irme corriendo a cualquier lado y perderme esperando una palabra tuya o ir a tu ventana y verte una ultima vez con una lágrima y un ''no te vallas'' en mis ojos.

Realmente quiero salir corriendo y no volver hasta saber que vas a alegrarte por ello, no ser la molestia en la que sabia que me iba a convertir y supongo que me he convertido, quizá no. Quizá te despiertes y me saludes, quizá me digas que olvidemos todo o simplemente lo ignores, las tres ahora mismo me harían muy feliz...

No te vallas. Por favor. No otra vez.

Ly.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Sonriendo por amor.

Ey, he vuelto, como una parte de mi sabia pero se mostraba reacia a aceptar.

Soy de esas personas que no se rinden, que luchan hasta el último aliento. Me explico:


Un día, feliz, o al menos aparentaba estarlo, en mi cama tumbada me di cuenta de que cuando quiero algo lo tengo, pase lo que pase, necesito tenerlo, y  si, casi siempre por no decir que en un 99,99%, lo consigo. Soy reacia a pensar que alguien puede hacer mejor que yo lo que mejor se me da en el mundo. Mantenerme de pie.

Y es que si, quisiste ver como era yo realmente, a la niña pequeña, insoportable y asustadiza que puedo llegar a ser. El problema aquí fue, que dentro de mi ''mentira'' ''alter ego'' ''avatar'' o como queráis llamarle, yo era feliz, estaba tranquila, no conocía lo que era alterarme o sentir miedo. Y es que si, eso, mi yo perfecto, por tratar de hacerte feliz lo perdí. Que no te estoy echando nada en cara no te confundas, yo me explico en lo que es mío y esto es más mío que de nadie. Hemos llegado a un punto en el que yo me he tenido que atar y a ti se te han roto las cadenas, yo no puedo ladrar y tú estás aullando a la luna con sangre entre los dientes. Te has convertido en un muelle a mitad de presión, siempre dispuesto a saltar y descuida, que no me importa. Pero el primer salto será tu culpa, el segundo lo entenderé, pero el tercero, el tercero el muelle acabará convertido en un tornillo. Me explico de nuevo:

Soy una persona/bicho empática y puedo entender todos y cada uno de tus sentimientos, pero tus reacciones las controlas tú y las consecuencias la sufrirás tú, así como el resto de humanos mientras respiren.


Soy lo suficientemente consciente ahora mismo de lo que siento como para defenderlo hasta ahogarme en sangre ajena, pero también por defenderme a mi, y mi sangre ahora mismo eres tú. Nadie salvo uno mismo es responsable de sus actos y yo, ahora mismo, soy perfectamente consciente de que me he ido caminando de puntillas por suelo llano hasta un precipicio sin final. Las puntas de los pies ya me sangran y no se cuanto tiempo más aguantaré el equilibrio. Pero se que aunque caiga encontraré una rama a la que aferrarme y saltar de nuevo arriba.


Ahora bien, volviendo al tema, mi carcasa ya no la puedo recuperar. La tienes tú. Pero si puedo recuperar mi hermosa tranquilidad, de echo gran parte de mi día de hoy se ha centrado en ello con resultados mayores a los que me esperaba. Solo falta que tú respires y sueltes un ''Hola'' sin segundas, uno relajado y que también me entienda a mi.


Ahora bien,


¿Tú harías lo mismo que yo?

¿O simplemente dejarías que te comiera el fondo del precipicio?
¿O te irías a gatas para no tener valor de volver cuando tus pies ya estén curados?

Piénsalo.


Siempre tuya,


La loba que un día fui.