sábado, 6 de abril de 2013

A volar.

Hoy presento la que seguro será mi último escrito aquí, después de varios meses sin hacer caso alguno a este trocito de mi, simplemente hoy voy a saltar el último bache de mi vida, a partir de aquí voy a seguir creciendo sin que nada ni absolutamente nadie me haga volver hacia atrás. 

Veréis, últimamente mi cabeza me ha estado jugando muy malas pasadas, pero la de hoy ya ha sido el ultimátum que necesitaba para reaccionar y saltar de la cama en busca de una solución, una tan simple que ni me había dado cuenta de que estaba ahí: Esto. Mi sitio. Mi espacio para decir lo que pienso. 

Veréis, hoy le ha dado por quitarme lo único que me hacía reaccionar como persona, como humana, hoy ha decidido que no puedo amar, que más de un año de mi vida no ha existido. No se lo voy a consentir. No voy a dejar que me quite esas cosquillitas en la mirada, en el corazón, en el estómago. No pienso dejar que me lo quite a él. A la única persona que me ha hecho sentir feliz, querida y amada de verdad. A la primera persona en la que pienso al despertarme, la última en acostarme y la que revolotea en mi cabeza a lo largo de todo el día  la única persona que me ha hecho sentir que puedo estar en una habitación sin aire que con él todo va a ir bien, que me va a proteger y que no va a dejar de quererme y cuidarme.  A la misma persona que está haciendo que ahora mismo, mientras escribo mi pecho entero cosquillee queriendo que me vaya corriendo a buscarlo, le amo. 

Y eso, ni mi cabeza, ni el destino, ni tú, ni él mismo lo va a cambiar.

Es  él.

Sé que es él, y no voy a perderle por nada.

Así que, cabeza, vete a dormir un rato, que debes estar cansada de haber estado tocando los cojones a dos manos para nada.

Te amo.