sábado, 22 de octubre de 2011

El cielo estaba nublado, caminaba con una sonrisa infantil con la capucha puesta
movia los cordones de la capucha como si con ellos controlara mis piernas.
Me sentia una marioneta.
Caminaba canturreando cosas sin sentido con los mofletes sonrojados por el frio que se habia lebantado.
La gente caminaba seria a mi alrededor y me miraba extrañada.
Niños serios con sus bicicletas, con sus perros o cojidos de las manos de sus madres.
Todo era gris, apesar de mi oscura ropa parecía que yo era el unico ser de la tierra con color.
Algunos esbozaban una sonrisa al verme.
Alzé la vista al cielo,
era completamente gris
ni un pajaro,
solo el sonido sordo de los coches y los parloteos llenos de quejas de la gente que caminaba por la calle
parecía que solo yo era feliz.
Entonces me di cuenta...
La gente no sabe ser feliz.
Sonreir no es dificil.
Aunque sea una sonrisa hueca, vacia.
En la calle la unica pregunta que había tras mi sonrisa fué:
¿Realmente es tan raro ser feliz?

Querida ciudad
aunque no seais capaces de entenderlo
hoy voy a ser feliz.


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